Llevo más de 25 años en márqueting, sobre todo en el mundo del deporte: cadenas de gimnasios y convenciones de fitness. He trabajado entre egos XXL, deadlines imposibles y campañas que vendían sueños en botes de proteína. Hasta que un día me cansé.

Apagué todo y me fui a vivir entre perros. Literalmente. Me formé como educadora canina y decidí que no quería volver a saber nada de webs, ventas ni automatizaciones. Pero la cabra tira al monte.

De esa mezcla entre burnout y amor por los nuevos proyectos con alma nació Impulsa con Sentido.

Después de varios inventos (con bases digitales muy sólidas) entendí que lo mío no era vender barf ni convencer a familias que no querían escuchar: era dar forma y sentido a los negocios digitales, para que funcionen con cabeza y sin convertir cada paso en una odisea técnica.

Hoy ayudo a profesionales y empresas a crear sistemas digitales que les den respiro: webs claras, procesos ordenados y automatizaciones que acompañan, no que complican. Trabajo con proyectos éticos, reales y sostenibles. 

He tenido la suerte de transformar negocios muy distintos y todos comparten algo: antes iban a pulso, ahora sus webs trabajan con ellos, no contra ellos. Aquí te dejo algunos ejemplos de cómo lo conseguimos.